Hola, me llamo Rebeca Paterson.
Es una historia loca. Yo estaba en un centro comercial, había de todo, hasta mesas de billar. Lo primero que hice fue comprarme 10 blusas de diseñador. Después me compré un burrito. Mientras me comia mi burrito vi la cosa más ¡MÁS BONITA QUE HABÍA EN EL PLANETA! Era un vestido con brillos dorados, un cinturón con pedazos de oro. Me lo compré sin dudarlo y me sentí una reina.
Estaba tan cansada de comprar que me senté en un asiento y me dormí. Desperté y pura oscuridad ¡OH POR DIOS ESTOY ATRAPADA EN EL CENTRO COMERCIAL!
"Bueno, piensa, qué haremos... Ya sé, buscar el interruptor que prende la luz". Busqué
y busqué. Después de un rato, ¡eureka! lo encontré, lo prendí y me di cuenta. "Tengo el centro comercial solo para mí" y, como habrán adivinado, lo primero que hice fue, bueno, hacer lo que quiera.
Me comí todas las papas, las oreos, las galletas, los chocolates, los caramelos, los chupetines, todo, y me robé un montón de maquillaje. No debí haber dicho eso. Y acomodé los muebles, y además estaban en mitad de precio. Me probé casi toda la ropa que había y también me probé todas las joyas. Vi mi teléfono y, "¡rayos! ya casi termina la noche, me van a descubrir".
Me escondí abajo de una cama y trate de dormir pero no dejaba de pensar, ¿y si me descubrían? Iría a la cárcel. Me acosté y me dormí una hora. Después sentí que alguien me agarraba el hombro. Salí de abajo de la cama y era el encargado de la tienda. Me asusté un montón y le dije "porfa no me lleve a la carcel". "¿Llevarte a la cárcel?, ¿qué estás diciendo?, tranquila, no te haré nada", dijo mirándome. Me llevó a la puerta y me dijo "y crees que me voy a olvidar, dame el maquillaje".
Me sentí como una tonta. Lo único que quería hacer era irme de ahí y sentarme en mi sillón a ver TV. Bueno, esa fue mi historia, espero que les haya gustado.